Y ahora tiro yo, porque me toca...

Recorro las calles de Montevideo, como quien busca algo nuevo, y se da de frente, con las mismas paredes, con los mismos graffos, unos meses después y mas gastados.
Se me revuelve el estomago, levanto la vista, fumo un cigarro y el baldío sigue ahí, tengo el presentimiento que no ha sido modificado en nada, todo escombro en su lugar, el mismo malhecho pastizal blanco ya de inhalar cal y transparente del mismo sol.
Sigo y me encuentro a los mismos contrahechos esperando un plan invierno entrado el verano, creo que prefieren el frío, porque por lo menos comen... y como decía, el mismo graffiti, "todos los días son invierno", es que, al baldío se le cayeron 3 paredes y la antigua pintada de la tribu del barrio pereció en algún camión de la intendencia o del c.a.p... "todo preso es político".
Ya no pienso en el baldío gané Requena para abajo, bien abajo entrando en la comercial o en esa especie de barrio bisagra,que hace de limitrofe con tres cruces ... me sorprendo, una calle de una cuadra tiene dos nombres pa´ que no le falten, de coqueta nomas, me rio, pienso en las infinitas discusiones sobre los nombres de esa calle, las guerras intestinas entre vecinos de un lado y del otro.
Termino el segundo cigarro, triste porque en dos cuadras ya me habré olvidado de los dos nombres.