martes, 31 de enero de 2017

Fernando

Fernando barre, horas y horas barriendo, creo que si no barre algo en él comenzará a fallar.
Para y vuelve a barrer. Puede estar toda la noche barriendo. Toda la vida. Necesita que todo este lo perfecto que él no. Barrer en Fernando es una experiencia trascendental. Y los días que va llover, barre especialmente para que luego el agua limpie el patio. Y volverá a barre una vez la lluvia haya sido.

Fernando tiene tres escobas. Aún no sé si lo hace por satisfacción o por deber. Cuando todos estemos muertos Fernando seguirá barriendo, incluso barrerá más por nosotros que ya no podemos hacerlo. Seguirá juntando montoncitos de polvo y hojas, como si no hubiera mañana. Y es que no lo hay.

Cuando comemos Fernando barre con las manos las migas de la mesa.

Y qué placer caminar descalzo por el patio recién barrido. Porque Fernando es el mejor barrendero del universo y ni siquiera le pagan por hacerlo. Fernando barre de noche porque no cree en la mala suerte. Y ya cerrado el almacén y sin nada que barrer, Fernando cruza y escobea su entrada.

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