miércoles, 24 de febrero de 2010

era una tía muy mona (II)

corro, desesperado. tratando de pensar que pasó en el día. vi un muerto en eduardo acevedo y dieciocho y fije la vista en él. su cuerpo tapado en una lona baraja. y su brazo inerte apuntando a la universidad. no había nadie mirando, y yo paré a sacar otra foto que quedara linda. [la bicicleta desinflada sigue hinchando las pelotas como una mina y quiero empezar a curtir ómnibus.] la casa vacía sigue vacía y en la paralela, sofia, a la vez que se enoja con un novio, me lee en voz alta los nombres de crimen y castigo. yo me regocijo y todo se vuelve como esa imagen del gato en el espejo. sofia es sonia y es la prostituta, le digo. levantó una ceja. por eso me hice amigo tuyo, seguí. yo hubiera sido un raskolnikov barato, si no fuera por algo que no se bien que es. ¿y vos decís que hay onda entre sofia y rodion? no creo. no sé. en un momento ella le lee unos pasajes de la biblia y todo encuentra su vuelta. otra vez el gato en el espejo. yo estoy llorando con este libro, me venia en el ómnibus leyendo la parte, esa, que sueña con la muerte de un caballo y la persona del asiento de al lado me miraba. también lloré, cuando el borracho le cuenta la vida de su hija a raskolnikov. si, me acuerdo, estaban en un bar, y hay otra historia con el borracho y un caballo, pero todavía no llegaste a esa parte. el borracho creo que se llama marmeladov. y me resulta, no se porque, que lo vi hoy tendido en eduardo acevedo. otra vez el gato en el espejo. mejor me voy para mi casa antes que venga tu novio. volveré a volver.

recomendados de D.G. / semana uno





1 comentario:

  1. que vida desgraciada la de la hija del borracho. No la recuerdo bien, pero sé que me dejó una sensación amarga cuando la leí. Debe ser mas o menos como las otras hijas de otros borrachos. Pero en este caso, rusa, que es mejor.

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