martes, 28 de septiembre de 2010

euskalerrialamuertejoven (II)

quedamos como todos los días. a las docecuarentaycinco en la esquinita del estacionamiento. si había sol jugábamos a la pelota, si llovía pasábamos horas mirando las canaletas. ese día, aseguro que no llovía ni había sol. con el chiara caminamos por el complejo. fuimos a dar al parillero de la a y nos sentamos. bien podríamos ser las únicas personas despiertas en ese momento. de niño el tedio, no se siente tanto. no había pelota. no había mas amigos. los niños de la tarde iban a la escuela de la tarde. los niños de la mañana eran obligados a dormir siestas o hacer digestiones. chiara y yo no entendíamos todo aquello. ni de horas sabíamos, aunque puede que fueran las dostreintacinco, cuando el cuerpo cayó a unos pasos nuestros. evitemos el amarillismo pasos. el cuerpo cayo a unos metros nuestro, desde el décimo piso de la a. nosotros desde el parrillero vimos todo y no comentamos nada. hacia un mes una señora se había caído de la aefe al colgar la ropa. este caso fue un suicidio. veinteañera cuidando niños en el diez de la a, salta al vacio. hubiera publicado el euskalpost. cráneo parte tapa de concreto de la ute y viceversa. se escucho algún grito que no paso a mayores. la siesta continuaba. quince minutos, policía técnica. otros quince, retiro del cuerpo. una hora mas tarde se comentaba el asunto en el barrio, las primeras noticias eran fragmentadas. nadie conocía a la persona en cuestión. se confundían las torres, las familias, las versiones. bajamos del parrillero, caminamos hasta el lugar del incidente. sentimos el placer de un niño contemplando la tortura. encontré un diente, un premolar. se lo regale a chiara. nos despedimos sin decir nada, nunca.

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